Seguidores

sábado, 13 de julio de 2013

Aunque mis ojos me lo aseguren ¡nunca me fiaré de nadie!

 
 
De vuelta de la feria
donde junte un puñado de monedas
entre mis dedos.
Camino a casa se divisa el pabellón
esa fortaleza en ruina
con sus hombres olvidados.
 
En las torres los centinelas armados;
por la puerta trasera
una chica vestida
provocativamente espera

¡existe un laberinto más mental que mítico!

Escucha mi defensa y no pido piedad
pero si justicia
porque la piedad se concede al criminal
mientras que la justicia
es la recompensa del inocente.

Estaba destinado a experimentar la tristeza
antes de llegar a los treinta años.
Ojalá hubiese muerto antes
de alcanzar los años
que secaron la sangre de mí corazón
y la savia de mi vida.

No estoy lamentándome
al narrarte esta historia.
Porque el que se lamenta duda de la vida
Y yo soy un firme creyente.
Creo en la belleza del dolor
que penetra y satura
de alegría mi corazón.

Datos:
acrílico s/lienzo
80x54 cm
2013
adquirido - colección privada - Chile
 

No hay comentarios: