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martes, 22 de enero de 2013
Hoy, al ser humano se le enseña a encontrar su identidad
no en sí mismo, sino en la organización empresarial.
Hoy, hasta los sentimientos se prescriben: hay que ser
alegre, tolerante, fiable, ambicioso y entenderse
con todos sin roces.
Hoy, el ser humano moderno, alineado, posee sin duda
opiniones y prejuicios, pero no convicciones; tiene ciertas
preferencias y aversiones, pero no voluntad propia.
Hoy, nuestro problema es el fascismo
del cara sonriente que manipula a toda la humanidad:
su pensamiento, su consumo, su comportamiento
de la manera que el individuo pierde más y más
su identidad.
Hoy, el ser humano sólo es real si está
de algún modo afuera, activando tomando las calles.
Dato:
mixto s/papel
25x40 cm
2012
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